Microcuentos/Diana Vallejo




Demasiados
Eran ya, demasiados muertos, tanto que conversaba con su prima  y ella no respiraba.



Adquisición
Comerció el nombre, lo colocó en su auto, lo colocó en los negocios, su apellido lo coloca como etiqueta, fue así que se le borró la infancia, su juventud la utilizó en la publicidad, se sintió satisfecha del boom comercial, pero tuvo que ir al registro de las personas a ser el inicio de nadie,  a inventarse un apellido sin raíz, a ser humana de nuevo.  



Turno
Esperan entrar al único baño que funciona, sospechan que está ocupado, desesperados algunos han meado por las ventanas, otros se han meado en el colchón, otras han decidido usar un bote, y lanzaban maldiciones, aún miraban aquel haz de luz bajo la puerta; ¿quién tarda tanto?... se contaron, nadie, nadie está en él.


Gemidos
¿Todos en el pueblo escucharon la orgía de los gatos? Sus ojos se miraron, las colas se restregaban entre sí, pero no eran ellos los que desfallecían  y maullaban, eran los humanos los "maullantes".

Los felinos abandonaron el lugar, no es posible que no sea su especie la que gima en los tejados de la noche.

Simple
Todo mundo entra a la casa, arreglan un poco, descansan,  no tiene llave, ni límite, todo mundo sale, nada se han llevado, nadie se teme, nadie sabe qué casa ocupan.


Desplazada
La tierra de ésta latitud no me reconoce, los zancudos me atacan, me sorben, los virus me invaden me escapan de asesinar, las voces no tienen mi tono, nada me reconoce. Mis ojos no encuentran algo familiar, el sol a pesar de ser el mismo, tiene otra frecuencia, mi voz entonces se va quebrantando, como hormiga vine a ésta vida, y empezó a llover.


El hombre cualquiera

El hombre salió a la vereda, encendió un cigarro, su mirada educada fue de un extremo a otro,  mientras lo hacía, el polvo reverberaba en el asfalto de extraña forma... burbujeaba.

Se ve normal, su ropa puesta, el vicio, pero a medida que el hombre sorbía, el viento a dentelladas robaba las hojas, volvió a sorber y la temperatura descendió tanto en el cielo como en las vidas, volvió a sorber y el mundo perdió dos grados de color y de calor, exhaló y una nube se apartó del sol, inhaló conteniéndose y el sonido de los cláxons se estancaron en la esquina, iracundos sonidos de la combustión, acallaban la tranquilidad.

Tiró lo que restaba de la colilla, la aplastó, se dio la media vuelta y a medida que volvía de donde había salido, el sol brilló, el tráfico se despejó y el color junto a la temperatura volvieron a ser agradables, sólo era él, nada extraordinario, un hombre vacío, y se llama Dream.







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