Reclamo a los santos sicarios
Descarté la plegaria del cielo en el altar de los innombrables
los que acusan a la inocencia de perversa.
Calculadores,
Altaneros
Matarifes
Degenerados
Atrincherados gamberros de sotana y culto.
Dejé la liviana pluma y el vuelo cómico de la paz
crucificada en tus astutos sermones domingueros,
o la platea de guarridos del sábado de diezmos.
Deshilé los embustes y el estéril amor a la verdad.
Encontré una notoria redención de pederastas
en la geografía de los desconocidos y en los pueblos de cal,
se apuntan presas de barro y nadie les encuentra.
Conozco a los hombres buenos
pernoctan en los ruedos del telar
distantes del escándalo
buenos necesarios,
la farsa necesita incautos
que le nutran el emblema al santurio.
Ellos, quizás no pequen
pero tampoco son valientes como él.
Se hincan
al tirano verso del perdón que no delata
a la sangre desparramada de su decepción
dejan, que se coagulen las ternuras
de una tierna sonrisa.
Abandoné la calumnia a mi género,
la supuesta candidez liviana de los ángeles puros y devotos
al cielo papal,
ese, sin amor al prójimo y envidia eterna a la mujer.
Admití mi credulidad de ave de jaula,
extendiendo mi alas,
Vuelo
siempre al profundo grito del silencio
de aquella criatura sometida a Satanás
que a casi todos engañas por como ondeas
la masacre bajo las sotanas y el pudiente poder de turno.
Abandoné a tu Dios comercial y mercachife
al de los latigazos y estupros.
Hoy, me abrazo a la misericordia
al único argumento de vida, justicia
que tantas veces yace en el lecho de la muerte
que a veces, germinan ignominias,
y a ellas, vos las condenas.
Comentarios