Historias de Resistencia/ Las voces del silencio, en defensa de la luchadora Diana Mejía Chévez

 

No defenderé a nadie, porque no hay nada que defender, sólo exponer y poner los puntos sobre las íes, hoy amerita para que la publicidad de "yo estuve ahí en las calles" no sea el único camino hacia la valía de ésta lucha pasada por quitarle a la muerte su poderío estructural. 

El Dr. Ramos, en un arranque megalómano, de esos que atrás versa, "elíjanme a mí que yo quiero ser, quiero estar en vez de ella, de él"  y por ende, así sin más atacó la integridad de mi muy estimada y atesorada amiga, Diana Mejía Chevez, una persona capaz de perdonar lo imperdonable,  capaz de ser coherente en medio de turbulentas situaciones, estratégica y sobre todo eso, íntegra,  amiga, de la que tengo la dicha y  suerte de tenerla entre mis compas más cercanas a lo largo de casi 25 años, pues toca, toca decirle al Dr, Ramos, y a muchos y muchas Doctoras(es) Ramos, que lo publico no siempre es la vía de una lucha. 

Y no cualquiera deja su fama,  a cambio del deber de hacer las cosas bien, no cualquiera se mantiene en los caminos de la guerra sin armas, luchando desde las voces del silencio, porque sabemos que de alguna forma ser público es también participar en las trampas del capitalismo, siempre  que el ejercicio público no tiene una razón de comunicación y enlace. Trabajar desde la discreción, es a veces tanto o más peligroso que el veneno de una barba amarilla, siempre cerca de las serpientes, siempre atentas, siempre hipnotizándolas para que se vaya muriendo en sus huecos de soberbia. 

Así es el trabajo de las personas discretas, así es y será Diana Mejía Chevez, y otros personajes que se aplicaron el calladitas hacemos más bonito, y usted lo sabe Dr. Ramos, que la valía de esa mujer a la que sin reparo y en un ataque de envidia, usted cataloga de "advenediza" pero no Doc, aquí estamos las testigos contando la historia que por seguridad de mi amiga, de la que siempre he temido perder en la injuria de las bestias, hoy defiendo. 

Son muchas las voces del silencio, muchas, que  sin reconocimiento, saltaron a la lucha más delicada, más inteligente, destruir desde adentro al emporio del narco capitalismo. 

Además nuestros pueblos originarios, eran muy inteligentes,  no pretendían matar a medio mundo, sino sólo a aquellos que generaban la guerra, conocían la paciencia, conocían la estrategia, e iban poco a poco, tomando lo propio, que supuestamente no hayamos prevalecido, es por culpa de la Historia oficial y quiénes con total sesgo, no contaron sus penas y contradicciones al momento de doblegar la testarudez de nuestros originarios, que aún hoy, a pesar de la "conquista" nos narran desde sus memorias, sus silencios, la paz de los ríos que corren, tanto en la tierra, bajo ella, como en nuestras venas. 

¿Acaso han escuchado de Cicumba? Somos sus herederos.

Entonces escucho el tan manoseado estribillo, "No la vi en las calles, no se lo merece", como si sólo esas calles fueran las únicas, no mis estimados(as), después de un tiempo, en las calles, el tiempo se volvió oro, y hubimos, hubo gente que se sumergió en tareas pequeñas o titánicas que desde el silencio fueron posibles, una de ella fue mi amiga Diana Mejía Chevez, y otras, casi todas otras, mujeres capaces de pensar más allá de la notoriedad, aquellas que no dijeron nada, pero que iban con su inteligencia socavando los cimientos de la impunidad y la injusticia, arrancándole las garras, en esa época de ratas,  quitándoles los dientes, uno a uno, a ese dictador y sus cómplices, que pretendieron volver pulpería nuestros tesoros, y como no pudieron en venganza, los descuidaron, los quemaron, los llenaron de parásitos.

 Espere Doctor Ramos, el advenedizo quizás sea usted, que conoce muy bien lo que estuvo haciendo Diana desde todos los flancos posibles, lo sé porque me contactó, a mí y a muchos,  en lo que pude, y pudieron se enlazó con personas u organizaciones que le ayudaron a levantar un fuerte de derecho que alcanzó a mantener en pie gran parte de lo que es el patrimonio  del país. ¿Dr. Ramos, usted es advenedizo? creo que no lo es, ella mucho menos.

Sí, había guerras muy duras atrás de bambalinas, voces en silencio, amo ese silencio que hoy va a contarles un poquito nada más. No había día que no temiera y temo por la vida de la gente como ella, que si bien no estaban todo el tiempo en las calles, comenzaron a tejer una red de acciones que les impidieron arrasar con el país como se lo esperaban, y nadie las abrazó, nadie las felicitó, nadie les sonrió, nadie entendía lo que hacían, más bien las juzgaban y denostaban, pero ya basta, no permitiré que lo hagan con ella. 

Recuerdo las mil y un luchas que Diana Mejía Chevez, sin pago alguno emprendió  de la forma más inteligente, una Reina del Tablero, una Reina que se iba comiendo a los peones del saqueo, y que con la solidaridad de los conscientes, protegían todo el patrimonio de Honduras en la medida de sus posibilidades, desde el vigilante, hasta la aseadora, todos.

No hubo día que ella no se reuniera con los compas, pagando esas reuniones hasta de su propio sueldo, para luchar por ellos, procurando que los parques no quedaran solos, a la mano del dictador, para luchar contra leyes de despojo, para luchar por salvaguardar tesoros de las garras del narco, para buscar fondos, para que no se volviera pulpería, aquel no tan rico IHAH. 

No, no todas las luchas se dieron en las calles, hubo y hay otras acalladas, pero de tremendo impacto que salvaguardaron y aún salvaguardan, a esta Patria simbólicamente Honduras, porque fue en sus honduras, Dr, que muchas preferimos luchar, dónde nadie mira, dónde nadie pregunta, si estamos bien, dónde nadie entiende que había que sembrar para cosechar.

A causa de esa absurda creencia que sólo lo público y la vanidad de verse en todos lados, es el trabajo de resistencia, no señor, hay resistencias tan delicadas y fuertes como el hilo de las arañas, como el silencio de la inteligencia, como el paso siguiente, como la carcoma dentro de la madera. 

Hay resistencias, no notorias, que poco a poco se irán mostrando, porque no hay mejor estrategia que aguardar y hacer el trabajo. 

Mis respetos para Diana Mejía Chévez, estoy más que convencida que Honduras tiene una especie de deidad de la justicia como Directora del IHAH, sin duda alguna. Aparte sé, que pronto nos darás, más sorpresas, muy gratas sorpresas.

Abrazos compañera

Tu amiga Diana Vallejo





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