Adiós palabrerío
De hecho, las lágrimas
se te han hecho salinas y malolientes,
ancla del arenal,
por esos dichos y
“emperejolladas” razones.
El discurso, lo
has desocupado de verdades
nunca fuiste de
la prole, ni del prole,
sos, un globo de
alucinógenos y copas de café con vino,
tu historia, cada
vez suena a vacío.
Conocerte, ha
esbozado la báscula donde bregan las posturas y postizos
es un pesar, tanto
o igual a los payasos de Mak,
que aterrorizan, y siempre sonríen,
tan fríos, tan
rojos, tan blancos, tan públicos y sedosos.
No, no hay
certeza en ese barco de pingüinos tristes,
y boas constrictoras,
todo el mundo
parece una hojita a punto de ser soplada,
una mueca, un
saludo los asusta, quieren vivir, tener techo...
No hay pesar de dejar de lado,
ese placebo,
esa mácula de la libertad
social,
llena de majaderos.
El fango, jamás aturde al diamante,
por eso me río con Esopo
por eso me
acuerdo de Darío, y voy viviendo.
Comentarios
porque da lugar al uso de la mente,
y porque para poder dominarla además de cerebro.
tienes que ser, o muy tosco o muy valiente.
Celebro entonces tus líneas, llenas de puro estilo
las guardaré para llevarlas aquí conmigo,
serán un buen alimento en todo el camino...