CUANDO PIENSO EN BERTA
Cuando pienso en Berta Cáceres, a quién tuve la oportunidad de conocer, no
como su mejor amiga, ella vivía en Intibucá, yo en Tegucigalpa, pero coincidimos muchas veces, solidarias en una lucha diré “no convencional”, reflexiono
sobre las enseñanzas que Honduras desde sus pueblos originarios y de los no tanto, está
transmitiendo al mundo con la sangre inocente de miles de compatriotas
asesinados bajo la vileza mundial y la impunidad de sus hechores, parapetados
atrás de la “inversión” extranjera y nacional.
Hoy la india dormida está despierta y luchando
desde la entereza y no la violencia, desde el verbo y no la bala, desde la amistad, el arte y el
humor que nos caracteriza y no desde el
muy alabado y exacerbado individualismo, basamento de los estragos que hoy sin
lugar a dudas han dado pie a una fantasía de poder y gloria, que convierte a
quiénes la profesan en aves de rapiña global, y a los que ilusamente llamamos
multi millonarios y no como debieran ser vistos, burdos sicarios, mejor vestidos,
pero matones sin gracia.
Vuelvo a recordar aquella simpática
conversación que sostuvimos por Skype en el 2015 un año antes de su asesinato,
yo en Suecia, ella en Washington, dónde
me contó que estando en un salón dentro del
edificio del Congreso de los Estados
Unidos e invitada por ser una de las galardonadas con el Premio Goldman, me
comentó que ese mismo día y a esa misma hora, el “flamante” presidente Juan
Orlando Hernández estaba en el salón contiguo.
Nos reímos y ella en son de broma dijo -qué
ganas me daban de colocarle una bombita al susodicho, es lo único malo de ser
humanas - esas palabras parecen tan simples, y es que las contradicciones son así, inasibles, incomprendidas para la mayor parte
del Mundo, pero no para los hondureños(as), quiénes crecimos en medio de tres
levantamientos armados, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, hemos sido odiados
por los salvadoreños por ser un territorio violentado en
nuestra soberanía una y otra vez por el Imperio Yankee donde, desde él atacaban a nuestros pueblos hermanos, hemos visto el fenómeno
del descaro, a la par de la brisa marina y la paciencia, hemos visto morir a
nuestra gente buscando a sus familiares
desaparecidos desde finales de los 70´s, en esos tiempos sólo el rumor
ocupaba los días espesos de incertidumbre en el país.
Vimos quemar una embajada estadounidense, dónde feneció el papá de Lenin uo de los manifestantes, y ver
otra como fortaleza levantarse pagada por nuestros impuestos, hemos visto al
mundo en total silencio ante tantos atropellos, organizaciones que se ufanan de
“internacionales” a quiénes les solicitamos una carta con carácterde reclamo por de los
miles de crímenes que estaban ocurriendo en el país después del golpe de Estado
de 2009, carta que según llegaría a manos de un presidente puesto ahí por el régimen
de facto y Hillary Clinton en la administración de Obama, y que se negaron a
redactar, porque irónicamente ellos mismos avalaron unas elecciones en las
que el pueblo hondureño no había participado.
Pero la belleza de ésta tierra es profunda, es
la casa de Comitzahuatl, según los originarios, es la mamá de los dioses, la
mamá Naturaleza, el secreto de los
ancestros.
Así que nuestra cultura, dónde todo un pueblo,
incapaz de sentir orgullo de sí mismo, que fue vejado, atropellado, olvidado, y
al mismo tiempo abrigado por una red de familia, amigos y un cielo que deja
pasar una luz azul, es per se, lo femenino (no sólo como ternura, sino como
coherencia y conversación), esa Honduras, lugar de los eternos comienzos, pues
en esa tierra afable, tibia, de verdes desordenados, de cocos y mezclas
sanguíneas, entre piratas, corsarios, turcos, africanos, indígenas, judíos,
belgas, ingleses, chinos, españoles, en fin sangre vario pinta, ahí las mujeres
tienen voz, a pesar de todos los vejámenes que se nos han impuesto.
El mundo reconoce en Berta a una líder, pero en
concepto actual, líder es el que lidera, el que empuja y propone, pero Berta fue vocera y líder, en ese orden de
importancia, fue la voz consensuada del
conglomerado, primero desde lo más cercano el pueblo Lenca, por las causas
justas el defender territorios sagrados y creencias ancestrales, también se
sumó a toda razón y lucha que ataca la discriminación en incomprensión, por los
LGTBI, po las mujeres intelectuales
(quiénes no éramos visibilizadas), por el derecho al arte, por los campesinos,
por las mujeres, por los y las niñas, por los Afro descendientes, por los
derechos a un trabajo justo, por los derechos
del agua, y se retroalimentaba de
la comunidad, de la horizontalidad, de la amistad y la verdad, así que más que
ser una persona a la que se seguía, ella tejía y se tejía entre todos y todas;
sola, no hubiera podido tolerar los homicidios de nuestros amigos y amigas
defensoras de los DDHH, solas o solos es
imposible seguir adelante, nos parecemos a la arena dónde marcas las huellas y
el mar luego desaparece, dejándole intacta, eso, eso requiere mucha energía, mucho amor
comunitario y memoria.
Es un pacto
tácito entre los amigos(as) –ni te olvido, ni me olvidas- nos sembramos,
nos siembran y crecemos en los demás y
crecen en nosotros.
Hay mucho que contar del levantamiento de las
manos vacías y brazos levantados, las
que no toman armas para legar un pronunciamiento contra la industria de la
guerra, tomarnos de las manos para acompañar y resistir, darnos un abrazo para
despedirnos sin dejar atrás, llevar el nombre no como estatus sino como el amor
recibido, hay mucho que construir, y sigo escuchando el viento, el baile de los
tambores garífunas, las raíces del comedor, sigo oliendo el café con pan de
cada mañana, sigo invocando a los cielos espléndidos de nuestra patria, para que
me invadan de oro y rosa, es de ese país profundo como su nombre que la
vida ha tomado su verdadero sitial ante la injuria y la bestialidad actual de
la Banca hipócrita y lujuriosa, esa que Berta como vocera y amiga señaló en su sino de tocar y
explicar fuera de nuestras fronteras, con el fin de encontrar la tan escasa justicia.
Así que decir mujer, femenino en Honduras, es fundarnos en los secretos del agua, el
espejo, la continuidad, lo inexacto, el humanismo, aquel que hemos comprendido
como inasible pero digno, hoy tema de estudio.
¿Quién
dijo que desde la ternura y la humildad de todo un pueblo, con nombre
femenino, no era capaz de nacer una
verdadera anarquía, un propósito de revolución, un legado mundial?
La libertad, está donde las mentes son libertas
de su esclavitud al amo.
Diana E. Vallejo
Poeta hondureña
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